De la luna sale un reflejo que llega a la Tierra de día y de noche. Esa luz invisible, pero constante, cambia la gravedad del agua. Y aunque muchos no lo notan, también influye en los estados emocionales y en ciertos caracteres del ser humano. Todos somos agentes de una postura política en la sociedad, aunque no queramos involucrarnos. Incluso en el acto de renunciar a pensar, ya estamos decidiendo algo: ser presa de la opinión, excluidos por unos y acogidos por otros.
Pero mi punto de vista me condena. Me encasilla dentro del molde de los “odiadores”, aunque lo que quiero es justo lo contrario: hablarle a quienes aún tienen la capacidad de apreciar una idea sin destruirla por no entenderla. No se trata de imponer. Pero la sociedad actual lanza odio por redes sociales como culebras que escupen veneno. Y frente a eso, yo solo quiero cumplir con mi deber: publicar esta reflexión, sin que eso me comprometa a formar parte de ninguna pelea. Lo que pienso es natural en mí, no puedo esconderlo.
Se murió Pepe Mujica. Aquel viejito que, para muchos, fue símbolo de humildad, pero que a mi parecer perpetuó una oligarquía con rostro de pueblo. Una oligarquía emocional, simbólica, cómoda. Un tipo de poder que no necesita palacios, sino palabras suaves. Lo que me parece curioso —y hasta genial— es que no hay demasiadas referencias concretas sobre la verdadera naturaleza de este personaje. Solo relatos cuidadosamente seleccionados, documentales autorizados, y un sinfín de frases que suenan bien.
Pero algunas películas nos dicen más que los libros oficiales. Los niños del Brasil, por ejemplo, plantea una hipótesis perturbadora: la migración nazi después de la Segunda Guerra Mundial se asentó en América del Sur con ideas, no solo con cuerpos. ¿Qué tan lejos está la idea de que ese tipo de herencias ideológicas encontró terreno fértil? Lo digo porque, si yo fuera un estratega brillante y quisiera posicionar un símbolo poderoso, ¿qué mejor plan que poner a un hombre de ojos azules, en un escarabajo, como líder guerrillero? Es tan absurdo, tan contradictorio, que funciona. Es genial. Admírense: el pobre más famoso del mundo liderando un país con imagen de viejo sabio desinteresado.
“No venimos al mundo solamente a trabajar. Venimos al mundo a ser felices.”
Esa frase resume perfectamente el tipo de narrativa que lo volvió ídolo. ¿Y quién no quiere ser feliz? ¿Quién no quiere más tiempo, menos obligaciones, más libertad? Pero ¿qué ocurre cuando esa idea se propaga entre personas sin estructura, sin oportunidades, sin recursos ni guía? El resultado es una generación frustrada, resentida con el sistema, e incapaz de encontrar dignidad en el trabajo. Porque si el trabajo no hace feliz, entonces no sirve. Así lo plantean.
Con eso, se cultivó la noción de que la vida es para el goce, y el esfuerzo es un castigo. Y entonces, el que madruga se siente esclavo, el que obedece se siente débil, el que prospera se siente culpable. Se glorifica el descanso, se endiosa el “hobbie”, se desprecia la rutina. El trabajador que sirve tintos no solo tiene que hacerlo bien, ahora también debe tener tiempo libre, un huerto orgánico y una vida familiar envidiable. Si no, es indigno. Y eso, precisamente, es lo que me incomoda: la falsa dignidad impuesta como norma.
“Los jóvenes tienen que accionar. No deben delegar. El mundo está como está por culpa de nuestra generación.”
Otra joya. Con esta, Mujica colocó en los hombros de la juventud una carga que no le corresponde. Los empujó a tomar el poder simbólico, a luchar contra aparatos que no comprenden, a rebelarse contra estructuras ancestrales sin herramientas, sin respaldo y sin tiempo de maduración. Porque el poder —el verdadero poder— siempre ha estado en los ancianos, en los dueños del capital, en las redes heredadas.
Pero se les dijo a los jóvenes que con su corta edad podían tomar el mundo por asalto, sin preparación, sin mérito, solo por su energía. Y esa fue la semilla perfecta para los estallidos sociales sin estrategia, para los movimientos espontáneos guiados por frustraciones, por rabia, por desinformación. Jóvenes acompañados de amigos depredadores, de ideologías emocionales, marchando por causas imposibles mientras se les enseña que ser buenos empleados es humillante. Porque la vida no es solo trabajo, dicen… como si el trabajo fuera una ofensa.
“Cuando compras algo, no lo compras con dinero. Lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener ese dinero.”
Esa frase, como muchas otras, suena profundamente ética. Y quizás en otro contexto lo sea. Pero en la práctica se ha utilizado para ridiculizar el esfuerzo. Se ha distorsionado el valor de ganar con sacrificio. Y así, muchos de los que trabajan duro se sienten perdedores ante los que parecen vivir felices sin hacer nada. Se ha perdido el respeto por la simpleza, por la disciplina, por la permanencia. El que administra empresas es visto como avaro, y el que cumple su turno sin quejarse como sumiso. Se ha instalado una envidia colectiva por unas vacaciones que nunca llegan, y una rabia por la vida ajena que parece más cómoda.
La tendencia pepemujística —si se puede llamar así— quiere tenerlo todo sin pagar el precio: humildad con privilegios, pobreza con autoridad, desinterés con control. Una generación entera repitiendo frases dulces como si fueran dogmas, mientras lucha sin entender por qué no avanza. Dicen que era un ejemplo. Pero andaba en el carro de Hitler —literalmente— disque por ser humilde, mientras gobernaba un país desde la imagen de un pobre viejecito de campo.
Y al final, todo esto no es más que una observación. Una lectura. Un intento por ver detrás del ícono. Porque lo verdaderamente curioso es que este personaje no es culpable de nada. Él hizo lo que supo hacer: hablar bonito, vivir sencillo, sembrar símbolos. Pero quienes lo transformaron en mito, quienes adoptaron sus frases como ley, quienes dejaron de trabajar creyendo que eso era dignidad… esos son los que deben pensar. Porque los pobres jóvenes son, al final, víctimas de su propia ignorancia e inmadurez. Y eso, aunque duela, los hace perfectos instrumentos para quien sabe cómo disfrazar la idea equivocada con la palabra correcta.
En medio del bullicio y ajetreo de la vida, uno comienza a ver la realidad con mayor claridad. Las semanas pasan volando y es raro encontrar una alcancía que no se rompa. Esas monedas terminarán en algún tanque o pozo de los deseos, de donde deben ser sacadas para que el agua drene, porque hay más demandas que ofertas. Como siempre digo, hay que mantener la cabeza fría y el alma sencilla para navegar por los diferentes mundos que nos rodean. Los milagros aparecen como gusanos en un anzuelo, en un riachuelo donde los peces abundan.
Los milagros son innecesarios porque nadie los espera. Por eso se llaman milagros. Es como cuando uno ha perdido toda esperanza y de repente aparece el santo, y uno, que ya ha pasado por el duelo de la derrota, tiene que asimilar que todo está bien nuevamente , que no estaba muerto, que estaba vivo. ¿Por qué no murió? Ahora se sorprende por el milagro que sin duda siquiera anhelaba.
Hay tantas manifestaciones de milagros que nunca cesan. Las personas que se suicidan por amor siempre tenían el verdadero amor a la vuelta de la esquina, a un minuto de encontrarlo. Como las cosas no siempre salen como se planean, especialmente en este país, el desamor reina constantemente. Y cuando algo tiene éxito, se considera un milagro.
Por eso existe un santo para las causas perdidas. Se habla de los milagros porque, para legitimarlos en el canon bíblico, se deben cumplir ciertos requisitos de bondad y dominio del alma en jerarquías celestiales a nivel global e interplanetario.
A veces uno cree tener una perspectiva clara de las cosas. A veces uno quiere, a veces uno ama con toda su alma, a veces uno lo da todo. Pero la mayoría de las veces, la verdadera academia de la vida nos enseña las formas correctas de asimilar las cosas, porque hay tantas metas y, sin una lista, olvidamos las cosas, porque la memoria no es prodigiosa.
Nos olvidamos de la magia de cada instante cuando comienza un aguacero inusual, como siempre en esta montaña, y bajo una teja esta cabeza se refugia de la lluvia fortuita, que baña la ladera y algunos árboles centenarios. En este cruce de nubes, aves y murciélagos comen frutas y semillas, volando, deponiendo y dispersando las semillas a grandes distancias de su árbol original.
La escritura siempre ha sido una forma de apoderarse de los materiales con un código solemne y protocolario, donde se respeta el orden jerárquico dentro del reino. Por eso, si no sabe leer ni escribir, es posible que los negocios que maneje no sean muy grandes.
Quizás el calentamiento global no sea real y las personas preocupadas usen el mismo argumento para decir que comer pescado durante la Cuaresma no es un pecado, mientras se cubren con la misma manta. La parte más difícil es ignorar al gobierno y pasar por alto el tema del día que honra la fuerza instintiva de la reproducción. El tema de hoy: asar carne. La fe mengua cuando todo está cuesta arriba.
Por eso digo:
Era un día tranquilo como cualquier otro en este municipio. Las nubes se movían lentamente en el cielo azul. Estaba parado en la calle con un par de amigos, hablando de las coincidencias de la vida mientras Trombos, el perro de Guajiro, perseguía alegremente una mariposa. En ese momento, pasó un carro y el perro distraído saltó de alegría. Pero un mal paso cambiaría su destino. El perro fue arroyado frente a nosotros, las ruedas izquierdas del auto le pasaron por encima, que lo dejaron tendido y toteado allí. Con una lágrima de sangre, nos miró con ojos cristalinos, como si contemplara el infinito, caminando hacia la luz.
El pronóstico no era bueno; el perro parecía estar aturdido. Lo acompañamos por un rato sin saber realmente qué hacer. Dentro de las casualidades de la vida, minutos más tarde sonó mi teléfono y me enteré de que mi abuela había fallecido a sus 99 años. En ese momento, me di cuenta de la extraña energía que tenía el día. Quizás era el sol ardiente combinado con la brisa fría que transmitía un aire desolado y triste en mi mente, dejándome sumido en profunda reflexión.
Mi abuela era una mujer capaz de entender las situaciones inesperadas de la vida. Vivía en una meditación de alegría y colores, siempre cercana a los animales. Además, tenía una perrita y un perrito llamados Perla y Popocho, pero eso es otra historia; días de duelo y nostalgia.
Días después, el perro regresó y apareció como si nada hubiera pasado, trotando por la acera. ¡El gran Trombos! Como si el carro no le hubiera pasado por encima. Ustedes sacarán sus propias conclusiones, pero me atrevo a asegurar que mi abuelita regresó en forma del perro del Guajiro. ¡El gran Trombos!
Es simplemente una anécdota de pensamiento. Estoy seguro de que el amor de una madre es el resultado de un sistema universal de conexiones en el tiempo interestelar y multigaláctico. Sin importar las circunstancias, es importante celebrar el Día de la Madre, de todas las madres, de las que crían y malcrían de manera consciente, en la sociedad a de valorarse los actos de los individuos y La gestión de la vida es suficiente para celebrar.
Histeria defiende histeria
La traición de mi amigo Rambú
Por ahí dicen que uno no termina nunca de conocer a alguien. Esto abre a un análisis filosófico más profundo, de perdón, de razón y de aceptación.
En el planeta tierra el comportamiento destructivo e irracional está presente, y es más común de lo que creemos, es la razón de tanta irregularidad de la que somos testigos. Algunos pocos de buen corazón o buena crianza, y muchos malos, que no tienen la culpa pues no saben lo que hacen, han sido víctimas cuando jóvenes de mangoneos por parte de los parientes. Merecen un castigo sí, pero también el perdón, y una persona mala regenerada automáticamente piensa en la reparación a las víctimas de sus aberraciones. Muchos de los malos están plenamente conscientes de lo que hacen y lo hacen porque lo aprendieron de sus padres, abuelos y allegados.
Los malos forman manadas para así esconderse entre ellos mismos, haciéndose pasar por inocentes y así escapar, escapar para seguir jodiendo a los demás. Los buenos también hacen manadas para atrapar a los malos, ladrones, violadores, etc. el bueno no tiene nada que temer, excepto caer en una red de maldad y que lo torturen. Los buenos también torturan o castigan y se le llama justicia, se dice que la justicia debe ser severa, y por lo tanto dolorosa.
La envidia como conducto regular se convierte en conducta criminal; engaña, miente, se aprovecha, maltrata y por naturaleza intenta esconderse, consciente de que la buena moral reina por encima de todo. La buena moral es lo que tiene la humanidad para mostrar como evolución, pues llevamos miles de años mejorando para crear cosas buenas para nosotros. La justicia y los castigos existen para que los buenos triunfen sobre los malos, así los que son físicamente fuertes no se pueden aprovechar de los débiles y de su condición.
Es muy común que el ser humano emita juicios instantáneos, que conducen a grandes errores. La simetría de un rostro o la silueta del cuerpo alerta al observador si la persona bajo la mirada es de interés o no; pero más allá de esto, los especímenes malvados han desarrollado tácticas para confundir a las víctimas, formas de camuflar las negras intenciones: adornos que engañan a los inocentes.
¿Qué es más importante para la humanidad?, ¿aprender a adornarse el arrière para hacer a alguien más atractivo y aparearse con mayor frecuencia? ¿O utilizar el cerebro para analizar el entorno y así poder encontrar respuestas a las preguntas sobre la existencia misma? Aparte de la reproducción hay cosas y retos de mayor importancia, como por ejemplo la transferencia de los conocimientos importantes a las siguientes generaciones.
Nada nos garantiza que más allá de la fachada no haya un matón escondido, un ladrón de energía, un envidioso podrido dispuesto a matar y a comer del cuerpo. La humanidad se esconde tras las cortinas donde se alimenta un monstruo; el compás moral viene de la crianza; el amor por la vida está a corta distancia de poder entender que no es el actuar sin antes el pensar. Y por estadísticas, tan solo un mínimo porcentaje recibe una buena crianza, porque cuando ambos padres no son unos ignorantes desalmados, es tan solo un padre que quiere arrastrar a su cría a los principios de su propia miseria.
La pereza es la madre de los vicios, y de ahí la abuela de copete blanco es la envidia, y la bisabuela el maltrato y la ignorancia, Esto genera conflictos en la personalidad, defraudándose a sí mismos al no poder ser consecuente con planes ni sueños. El autosaboteo es costumbre entre los mediocres, el picoteo entre ellos como pollos frente a un comedero. El lema parece ser: si yo no puedo entonces nadie puede. En ellos existe la involución, el karma ascendiente.
Definición de amor según Google “Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno”
Tras el amor se esconde la obsesión y el egoísmo sobre la posesión. Que esto ocurra en el caso de un objeto propio, pues a nadie le importa; ante un elemento básico para los demás, como el agua o la comida, pues se puede colectivamente regular estas actitudes, pero en el caso de las personas el acto de posesión es enfermizo, ejercer amor aberrante sobre una persona debe ser castigado y la victima reparada , a mi modo de ver.
Hay diferentes ángulos para observar el amor. Hay personas que quieren a las personas para sí mismas, cohibiéndolos de sus libertades, frenándolos y frustrándolos. Es amor doloroso, pero al fin y al cabo amor. Obsesivo es aquel amor que enjaula y dosifica lo vital como el aire y la proteína, pero al fin y al cabo es amor; un amor fuera de término, un amor respetable por ser llamado amor, amor envidioso amor traumatizante, amor kribtoniptico ante el amor descrito en la biblia
“El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” 1 Corintios 13:4-7.
Aunque yo soy de los que piensan que una persona buena no debe aguantar maltratos, puesto que hay quienes viven de aprovecharse de la gente desprevenida y de buen corazón y como parásitos sin piedad corroen las raíces del alma y de cualquier recurso.
Este tipo de comportamiento perjudicial para la sociedad pues genera malestar, más allá de las condiciones de crianza está a merced de la suerte; siempre hay ángeles y demonios en los caminos, pensar en un mañana hace toda la diferencia cuando se construye algo bueno. Estamos hablado de la prolongación de la consciencia existencial, ahí es donde entra el instinto de transferir el conocimiento, Normalmente está presente en las dos personas, una se superpone sobre la otra; el más fuerte y malo arrebata y sobrepone el protagonismo, entonces esa persona opaca a la otra volviéndose dominante y hace lo que sea para mantener esa posición, violencia y amenazas. por eso cuando se trata de evolución óptima es cuando las enseñanzas son de fuentes múltiples para que se pulan en un espiral de la combinación.
Tristemente, a medida que pasa la vida el circulo se va cerrando, hasta que quedan pocas personas alrededor y se va aprendiendo a no compartir, porque la traición es inminente, amigo el ratón del queso.
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